Y de vez en cuando los pasos siniestros del vacío se dejan sentir con fuerza, como persiguiendo a quienes han decidido tomar su lugar en la tierra. En medio de una muchedumbre de nombres extraños, están guardadas sus notas de amor y pasión que fueron alguna vez su carta de navegación; sin rumbo, despavoridos algunos y deslumbrados otros, escuchan el lejano canto de los violines.
Al final vuelven a su sillas, ubicadas en medio del bosque, en medio del mar, en lo alto de las montañas, en los trigales y todos miran como el frío se acerca y se cuela en sus existencias.
Principito | Soñando letras, escribiendo sueños
0 Se han expresado...:
Publicar un comentario