Y seguimos sumando días al calendario. Caen las horas como lluvia que llenan nuestras vasijas de minutos inertes, diluidos entre las manos. Pareciera que dirigimos los pasos hacia una dirección errática, donde lo políticamente correcto parece estar de moda y el sentido común ha quedado relegado a su sentido romántico.
Las personas son como son y no hay más. No son ni mejores ni peores, son tan distintos uno de otros que hasta parece imposible tratar de entender a cada uno. Las heridas de cada persona se multiplican, demostrando que existe un mundo herido y al filo del abismo.
No podía dejar de celebrar los 6 años de este espacio que he denominado “Simplemente Principito”, que significó una luz en medio de una oscuridad auto-infringida y que hoy representa un canto en medio de tanto lamento adquirido.
Aún siento el eco que dice: “El mañana es incierto y el Hoy es siempre todavía".
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