Hoy día tuve un minuto de furia, como cualquier humano debido a un hecho particular. Anda circulando por Facebook la imagen de Irina Slender, quien realizó una importante labor de rescate durante la II Guerra Mundial, salvando niños judíos del holocausto.
Lo que me molesta, no es que haya salvado niños, ni mucho menos que se propague por internet, es el hecho de que personas que no lo saben, lo "viralizan", saturan el inicio de Facebook con su foto, su historia y una pseudo campaña por darle el premio nóbel de la paz -como si sirviera de algo-, pero nadie se toma la tarea de saber quien es realmente y lo que me parece de muy mal gusto, olvidarlo al minuto siguiente para dar paso a videos, notas varias, juegos y tantas otras cosas.
A veces es necesario ser consecuente con nuestros actos, olvidamos que Facebook es parte de una interacción social donde debiera prevalecer el sentido común y el respeto a la memoria de personas que lucharon subrepticiamente al régimen nazi.
Somos capaces de asumir las memorias dolorosas de otros lugares, pero no somos capaces de mirar nuestras propios dolores, guardamos silencio y le hacemos "el quite" a nuestras historias y sufrimientos locales, prefieren mirar hacia el futuro; como si allí estuviera la solución, en el progreso o la simple esperanza de un mundo mejor.
Nuestro tiempo es ahora, lo que nos constituye e identifica como seres individuos son nuestras experiencias; aquellas que se enmarcan en el colectivo, que a ratos pareciera no tener sentido. Son nuestro presente y experiencia que permiten convertir esas expectativas en realidad, siempre y cuando no se olvide lo que hemos vivido.
Principito
Soñando letras, escribiendo sueños
Entradas
0 Se han expresado...:
Publicar un comentario